El uso de scooters y bicicletas eléctricas ha crecido rápidamente en ciudades de todo Estados Unidos. Son opciones de transporte cómodas, económicas y ecológicas, pero también han traído un aumento preocupante en el número de accidentes y lesiones.
Según un informe reciente de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor, en 2022 las lesiones por scooters eléctricos, bicicletas eléctricas y hoverboards aumentaron un 21 % respecto al año anterior. Las bicicletas eléctricas representaron casi el 46 % de los casos reportados ese año, y los niños menores de 14 años constituyeron el 36 % de los heridos. Estas cifras revelan una tendencia alarmante que requiere mayor conciencia y medidas preventivas.
Las causas más comunes de estos accidentes incluyen fallas mecánicas, infraestructura inadecuada, uso sin casco, y sobre todo, negligencia de terceros, como conductores distraídos o falta de mantenimiento en los dispositivos. Muchas lesiones resultan en fracturas, traumatismos craneales y daños permanentes, afectando seriamente la calidad de vida de los afectados.
Usar casco, respetar las normas de tránsito y enseñar a los menores cómo operar estos vehículos con responsabilidad son acciones clave para reducir el riesgo. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras también recomienda mantener siempre el equipo en buen estado y evitar su uso en zonas de alto tráfico sin protección adecuada.
Si tú o tu hijo han resultado lesionados debido a la negligencia de otra persona o por una falla del producto, es fundamental buscar atención médica y consultar con un abogado especializado. Documentar el incidente y actuar rápidamente puede marcar la diferencia entre recibir una compensación justa o enfrentar los costos por tu cuenta.
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